La quinta carta del Tarot nos trae la figura del Emperador. De la misma forma que la carta de la Emperatriz representa la figura femenina, este naipe se identifica inequivocamente con el hombre, masculino y poderoso. La representación clásica de esta carta nos muestra a un hombre de mediana edad, reposando sobre su escudo imperial (con un dibujo de un águila) y sosteniendo el cetro de mando en su mano derecha. El Emperador mira a nuestra izquierda, hacia las tierras conquistadas en sus batallas.
Como podemos ver en la imagen que acompaña a este texto, no todas las cartas del Tarot se dibujan igual, en este caso se trata del Emperador visto por el artista que dibujó el Tarot de la Armonía.
En cuanto a su interpretación en una lectura de cartas, no solo representa a un hombre, si no a un hombre con poder sobre el consultante, ya sea porque ostenta un cargo superior, por que es dominante, o por ser un ascendiente en su familia. Puede tener varias lecturas, dependiendo del contexto de la lectura, puede representar efectivamente a una persona del género masculino, o también se le puede dar la interpretación de lo que un emperador encarna: honor, poder, consecución de metas, fuerza, lealtad y justicia.
Si la carta se nos presentara invertida, la lectura acentúa las características de un mal emperador: tiranía, abuso de poder, sometimiento, injusticia.
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